¡Cómo va usted a creer! Pero la realidad es que el mismísimo Francisco I. Madero afirmó que el libro La sucesión presidencial en 1910, que desató la Revolución mexicana con que se dio fin a la dictadura de Porfirio Díaz, le fue dictado enbuenaparte por el espíritu de Benito Juárez, quien fuera tremendo enemigo deDíaz. Algunos miembros de la familia de don Francisco aseguraron, además, que el estilo del libro no se parecía a su forma habitual de escribir. Madero era un rico latifundista y empresario coahuilense que, luegodeestudiar en el extranjero, volvió a México con una visión de lo que era la prácticade la democracia en otros países, pero también con ideas espiritistas. Maderohabía visto en el espiritismo, fundado en Francia por Allan Kardec, un buenmediopara mejorar el mundo, y se dice que decidió entrar a la política cuando escribió, como poseído: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. A los 18 años, mientras estudiaba en París, Francisco devoraba LaRevueSpirite, una revista espiritista que se vendía mucho tanto en Europa comoenEstados Unidos. Leyó muchos libros sobre el tema y fue a centros espiritistas, donde le dijeron que tenía facultades de médium.
¡Hágame usted el favor! Por si fuera poco, desde niño le impactó que la ouija le dijera que iba a ser presidente del país. Ya mayorcito, no probó el alcohol ni comió carne, y además estudió medicina homeopática para atender los achaques de sus campesinos. Gracias al espiritismo, se volvió un amor con sus trabajadores: les pagaba muy bien y ayudaba a sus hijos a estudiar. ¿Quién fuera a creer estas cosas que parecen chismes de lavadero?